EL HOMBRE NUEVO
ACERCA DE LA PRACTICALa evolución es la continua materialización del espíritu en el cuerpo, vida y mente humanos, transformándolos y elevándolos al mismo tiempo hacia cimas más altas, sutilizando la mente, lo vital y el cuerpo físico (los planos materializados de nuestra naturaleza), sirviendo al objetivo de la Naturaleza evolutiva de alcanzar lo Superior, con el fin próximo de materializar una consciencia nueva, el “hombre nuevo”, que representará la promesa del espíritu de alcanzar cotas todavía más elevadas.
Para aquel que tiene la necesidad y la aspiración, la pregunta que se hace podría ser: ¿cómo se realiza esto? ¿ qué tengo que hacer?.
Toda experiencia espiritual, debe ser realizada aquí, para que pueda servir a la humanidad.
El que busca experiencias para sí mismo, para ascender hasta las alturas celestiales, se olvida de los demás, busca unirse a Dios dejando atrás a todos los demás; es el mayor acto de egoísmo.
Pues el plan divino consiste en que la tierra se divinice y se convierta en un Cielo de tierra, no debemos buscar el cielo (al cielo no le hacemos ninguna falta), sino materializarlo aquí mismo.
Es el Espíritu mediante su presión desde arriba, quien responde descendiendo a la llamada de la aspiración desde abajo.
Es el Espíritu el que se materializa progresivamente en la materia humana, modificándola y sutilizándola, debemos ser conscientes de este proceso en nuestro despertar al conocimiento.
Por lo tanto si yo quiero materializar el Amor, de poco me sirve imaginar y sentir que quiero a todo el mundo, ir de vez en cuando a un curso “espiritual” y salir satisfecho de lo bueno que uno es y lo bien que me siento.
De nada me sirve sentirme virtuoso, por mis buenas acciones y pensar que esto es suficiente. Esto no son más que autoengaños del corazón que la mente consiente, sin conseguir nada estable y transformado en nosotros.
Materializar en uno mismo el Amor, no es trabajo sencillo, necesita de un gran esfuerzo de apertura a los demás, formando un grupo donde se aprende a vivir esta experiencia intensa de roces y choques entre individuos, ideas, actitudes, formas de ser……… con los otros (no yo) hasta que la intensa experiencia de sufrir lo que nos molesta de los demás nos vaya abriendo a un conocimiento que se nos desvela como fruto o gracia de nuestra aspiración inquebrantable a soportar la experiencia, esta aceptación desembocara en una consciencia de Unidad cada vez más abarcante y comprehendente de los otros como si fueran (yo) mismo, iluminando nuestra mente y Enamorando a nuestro corazón.
Este mundo material es de experiencia, la experiencia del Amor debe vivirse para materializarse en nosotros y poder sentir su capacidad transformadora.
Esta es la gran aventura de la Consciencia que presiona sobre la Humanidad de hoy; de este esfuerzo evolutivo saldrá el “hombre nuevo”.
Extraído del libro “La Práctica del Yoga Integral de Sri Aurobindo”, de Jugal Kishore Mukherjee